lunes, 1 de junio de 2009

Discurso graduacion... ¡¡De verdad!!

GRADUACIÓN 2º BACHILLERATO: PROMOCIÓN 2008-09

Y por fin llegó lo que todos estábamos esperando. El gran día. Nuestra graduación. Suena tan importante, y tan definitivo… no sé si habrá alguien más que todavía no pueda creérselo. ¡Muchos de nosotros llevamos casi 15 años en el colegio! Parece mentira que hayamos sido tan pequeños, o que ahora seamos tan mayores. Y cómo hemos cambiado.
Este colegio queda como testigo de nuestros cambios, de todo lo que hemos aprendido y “desaprendido”, de todas las clases atendidas, de los suspensos y los sobresalientes, y de esos cincos pelados conseguidos con tanto esfuerzo que parecen dieces. De casi toda nuestra vida. Si las paredes pudiesen hablar probablemente contarían miles de historias de los que han pasado por aquí antes que nosotros, miles de vidas. Miles de sentimientos compartidos.
Es algo demasiado grande para expresarlo con palabras. ¿Cómo reunir tantísimos recuerdos en unas líneas? Imposible. Recuerdos como cuando de pequeños jugábamos en el patio de tierra, las distintas modas de recreo (¿Quién podría olvidar los tazos, los gogos, las canicas…?), los míticos partidos de balón prisionero, las peleas en las colas para ver quién iba el primero; más adelante la grata sorpresa de la llegada de nuestros nuevos compañeros de las Carmelitas, la ilusión de quitarnos el babi al llegar a la ESO, los famosos bailes de educación física, esas Miniolimpiadas que tanto nos gustaban, además de todas las excursiones, como la esperada Warner de 4º, el inolvidable viaje a Italia del año pasado, que todos recordaremos como una de las mejores épocas; y por supuesto, el pregón de la Niña María que nos permitió ser protagonistas delante de todo el colegio durante unos días y nos unió como grupo…
Desde luego que ha habido malos momentos, ¿y dónde no?, pero tengo la seguridad de algo, y es de que dentro de muchos años, si volvemos a encontrarnos no recordaremos más que lo bueno, los momentos divertidos, los chistes, los juegos… Si volvemos a encontrarnos la primera frase que vendrá a nuestros labios empezará por un “¿Te acuerdas cuando…?” y nos hará reír, quizás con algo de nostalgia, añorando la “dura vida del estudiante” que ahora tan poco nos gusta.
Soy incapaz de decir realmente lo muchísimo que echaré de menos mi vida aquí. Al principio se pasa tan despacio que parece que este día nunca va a llegar, y entonces de repente nos encontramos aquí, todos con nuestras mejores galas y peinados para despedirnos de nuestro colegio, del que ha sido nuestro segundo hogar durante tantos años. Y es en este momento cuando nos damos cuenta de lo mucho que ha significado para nosotros ser alumnos concepcionistas.
Han pasado los años, y hemos logrado sobrevivir, llegar a nuestra meta. Ahora es cuando se nos plantea el gran interrogante: ¿Estamos preparados? ¿Estamos verdaderamente preparados para enfrentarnos al mundo?
Mi respuesta, sin vacilación, es un rotundo sí. Tanto por mí como por mis compañeros. Porque nuestro colegio nos ha hecho pasar de ser niños y niñas de tres añitos a ser hombres y mujeres dueños de nosotros mismos, responsables y libres. La educación que nuestros esforzados profesores nos han dado nos ha convertido en gente con iniciativa, con futuro, con ganas de cambiar el mundo a mejor, en definitiva, en personas en el sentido más real de la palabra. Porque los éxitos de una persona no dependen sólo de las calificaciones. A todos nos encanta sacar sobresalientes y ganar premios, pero el verdadero éxito es aprender a ser solidario, respetuoso, con valores; es mejorar el mundo mejorando nuestro alrededor. Quizás en esta promoción esté el futuro descubridor de la cura contra el cáncer o el futuro presidente del gobierno… o incluso alguna persona buena y sencilla que se limite a ayudar a los que la necesiten. Gracias a este colegio sabemos que podemos conseguir todo con lo que soñamos si ponemos todo nuestro esfuerzo y dedicación en la tarea.
Todo lo que somos ahora depende de lo que hemos aprendido aquí, y todo lo que seremos probablemente también.
Y por eso y por todo, en nombre de 2º de Bachillerato, quiero dar las gracias de todo corazón a todos los profesores, a las religiosas y a nuestros padres, porque este colegio nos ha dado mucho y nos ha ayudado a ser un poquito mejores cada día. Y aunque nunca volviésemos a vernos, siempre estaremos unidos por algo: el orgullo de haber sido alumnos concepcionistas.
Y en cuanto a mis compañeros, sólo decir que espero que un día no muy lejano nos veamos juntos de nuevo, que nos riamos y soñemos otra vez como hemos hecho aquí en el colegio. Algunos mantendremos el contacto, otros quizás no… ¿quién sabe lo que va a pasar? Yo sólo puedo daros las gracias a vosotros también por los recuerdos compartidos, y por vuestra amistad, amabilidad, tolerancia, cariño… por todos los valores que hemos construido juntos. Espero que pase lo que pase, no nos olvidemos jamás los unos de los otros.

HASTA SIEMPRE

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